El cáncer colorrectal es el segundo tipo de cáncer más común y afecta a 140,000 personas cada año, causando 60,000 muertes. Ésta es una cifra asombrosa si se considera que la enfermedad es potencialmente curable cuando se diagnostica en sus primeras etapas.
Aunque el cáncer colorrectal puede presentarse a cualquier edad, más del 90% de los pacientes tienen más de 40 años; a partir de esa edad, el riesgo se duplica cada diez años. Además de la edad, existen otros factores de alto riesgo, entre ellos, antecedentes FAMILIARES de cáncer colorrectal y pólipos, y antecedentes PERSONALES de colitis ulcerosa, pólipos en el colon o cáncer en otros órganos, especialmente cáncer de mama o de útero.
Los síntomas más comunes son hemorragia rectal y cambios en la defecación, tales como estreñimiento y diarrea. (Estos síntomas son comunes también en otras enfermedades; por eso, es importante realizarse un examen completo cuando se presentan.) El dolor abdominal y la pérdida de peso son normalmente síntomas posteriores que indican la posible extensión de la enfermedad.
Para una curación total, casi todos los casos de cáncer colorrectal requieren cirugía. Además de la cirugía, a veces se usa la radiación y la quimioterapia. Si el cáncer se detecta y trata en sus primeras etapas, entre el 80 y 90% de los pacientes recupera su salud normal. La tasa de curación disminuye al 50% o menos cuando se diagnostica en etapas posteriores. Gracias a la tecnología moderna, menos del 5% de todos los pacientes de cáncer colorrectal requieren una colostomía, es decir, la formación por cirugía de una apertura artificial excretora en el colon.
El cáncer de colon se puede prevenir. El paso más importante para prevenir el cáncer de colon es la detección oportuna. Se debe realizar una colonoscopia.
La colonoscopia proporciona un examen detallado del intestino.